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Elecciones y Constitución Europea – ESP

Uno de los grandes problemas conceptuales del Tratado de Lisboa, la supuesta Constitución de la Unión Europea, es que su poder constituyente no ha sido el pueblo, o sus representantes, como es habitual en la inmensa mayoría de Estados Modernos y este tipo de actuación deslegitima en gran parte, y sobretodo a ojos de sus ciudadanos, cualquier tratado o constitución que quiera crearse e imponerse.

Hasta que no se articule algún medio, para que el Poder Constituyente sea realmente fruto de la voluntad política de sus ciudadanos, para la inmensa mayoría de europeos, los tratados o futuras constituciones, tendrá el mismo valor vinculante y emocional que el formulario para pagar el Impuesto sobre la Renta.

La propuesta: Unas elecciones, directas y libres de vínculos nacionales, para que los europeos elijamos quienes queremos que nos represente y redacte, nuestra constitución.

Ampliemos un poco todo esto.

Primero, qué significa Poder Constituyente.

Esta es la denominación que se acostumbra a dar a la voluntad política creadora originaria, soberana, ilimitada y directa del orden de un estado, o sea, en palabras más sencillas, es la capacidad que tienen los habitantes de un lugar, para establecer su nueva Constitución, la cual dará origen a un nuevo Estado y definirá la personalidad de su sistema político e institucional.

En general esto se produce cuando los habitantes de un lugar se han hartado del orden anterior y han conseguido derrocarlo, o forzarlo a un cambio. El Poder Constituyente, no solo da forma a la Constitución, además establece también los límites de esa norma fundamental. Estos límites, acostumbran a ser los derechos humanos universales, aunque en algunos lugares, estos límites pueden incluir aspectos relacionados con su concepto de Dios, con sus valores o con su concepto de la ciudadanía.

O sea, cuando los habitantes de un lugar son capaces de derrocar o anular el gobierno que tenían, asumen el Poder Constituyente y en general, vía una asamblea, redactan una nueva Constitución, que consideran que encaja mejor con la forma y estilo bajo el que quieren vivir en ese lugar.

Puesto que en ese momento, esas personas, son el Poder Constituyente su voluntad es soberana, es decir, ellos deciden lo que quieren y su voluntad será ley, su poder es ilimitado, no se ven limitados por ninguna ley anterior ni por vínculos con organizaciones pretéritas y, su expresión, es directa, es decir, sus decisiones solo se someten a validación y vinculación externa o referéndum de manera voluntaria pues no lo requieren. Todo esto es pura teórica; idealismo ilustrado. En realidad, nunca puede suceder así, porque para que se diese este caso, de un modo realmente puro, tendrías que anular o destruir toda forma de organización, institución e identificación pretérita en ese lugar, un poco al estilo de lo que hicieron los Jemeres Rojos en Camboya. E incluso así, no conseguirías una bonita tabla rasa para redactar una impoluta norma fundamental, porque las personas ya están condicionadas por unas dinámicas externas, una memoria, una historia y un contexto que difícilmente puedes evitar que les condicione. De hecho, si eliminas todo, te llevas de camino el propio principio de Poder Constituyente. Por lo tanto, todo Poder Constituyente es en el fondo un juego de equilibrios, entre lo que se puede hacer, lo que se hace y lo que gustaría hacer, enfundado en la ignorancia de lo que sería mejor, pero que simplemente, desde nuestra cultura no conocemos.

No importa si las personas asumen el Poder Constituyente tras una revolución de terciopelo o tras una destrucción brutal, tampoco importa mucho si la asamblea redactora de la Constitución pretende mantener la estructura social y cambiar únicamente el gobierno, o si pretende cambiar toda la sociedad. En todos los casos, el pueblo y las personas que lo manipulan, nunca pueden ir conceptuálmente más allá de su propia cultura, y del Pacto Canónico en el que viven, por lo que toda Constitución será derivada en mayor o menor medida, del orden anterior. La única forma de ir más allá, es dejando ventanas abiertas al cambio, el error y la incertidumbre. Tres conceptos que dan pavor a los altos funcionarios de la administración y que por lo tanto, se cuidan muy mucho de que nunca aparezcan más allá de algún eslogan electoral.

Pero bueno, volviendo la idea del Poder Constituyente y Europa.

Quién es el Poder Constituyente en Europa?

En las democracias modernas, el Poder Constituyente siempre es el pueblo o la nación, y sus derechos universales. Este poder del pueblo, puede ser ejercido o no, pero el núcleo legitimador de cualquier sociedad europea es indiscutiblemente, sus habitantes, y por lo tanto, ningún poder constituido como puede ser la Constitución y cualquier ley de rango menor, puede ir contra los habitantes de ese estado o nación, o conculcar sus derechos universales en benefició de otro concepto, si no es por propia y libre decisión de sus habitantes. E incluso en estos casos, puesto que la actuación escapa a la constitución y vulnera los derechos básicos, parte de la sociedad podría considerarse sujeto pasivo difuso de estas vulneraciones de los derechos, en tanto que víctima secundaria, y reclamar una intervención judicial efectiva y reparadora a un organismo internacional.

En Europa, este Poder Constituyente, no es la voluntad política creadora del pueblo, sino que ha sido tomado por el interés de unos burócratas y de unos políticos, que actúan en representación de sus partidos, sus lobbies y como mucho, en representación de sus países, pero nunca, en representacion de las Personas de Europa.

La Constitución Europea por lo tanto, no es el fruto de la capacidad que tiene el pueblo de darse una organización política-jurídica, y de asumir en cualquier momento la toma de decisiones que considere oportunas para diseñar su futuro político. Sino que es el fruto del engaño y la ocultación que los euroburócratas y los políticos nacionalistas han tramado, para atar a los habitantes de Europa a un contrato, que garantiza que los políticos nacionalistas no perderán poder y los euroburócratas seguirán teniendo mucho trabajo, porque, al no existir fusión de intereses, cada decisión política tendrá que coordinarse entre todos los países, a través de miles de comisiones y delegaciones y representaciones y enviados y cenas y loobies y como no, miles de nuevos e inútiles funcionarios para adecuarlo, prepararlo, traducirlo, protocolarizarlo y arruinarlo todo.

El Tratado de Lisboa

¿Donde está la asamblea que, en representación de los europeos creó esta constitución?. ¿Cuando se permitió a los europeos elegir a quien querían como representante para redactar la constitución?. Se nos brindó un documento ya creado, que podías aceptar o aceptar, al estilo susto o muerte. Y si participabas de la farsa a lo mejor te daban algunos caramelitos.

Si ha de existir una Constitución Europea para la UE, esta ha de ser creada por los habitantes de Europa, no por unos tecnócratas o políticos jubilados, enviados a Europa para que dictaminen si en la siguiente PAC, la soja tiene una ayuda del 0,5 o del 0,55, o simplemente para que se jubilen con una buena pensión.

Algunas personas bien intencionadas, pueden indicar que estos políticos han sido elegidos en sufragio por los ciudadanos Europeos y, por lo tanto, tienen la suficiente legitimidad para preparar la constitución en representación de los ciudadanos que les votaron.

Pienso que, si exceptuamos algunos políticos Euroescépticos y sus votantes, sería muy difícil encontrar cinco votantes, sólo cinco, en toda Europa, que sepan a que político ha ido su voto particular, que políticas y valores europeos pretendía ese político aplicar y, peor aun, que el propio político sepa quien le ha votado y por lo tanto, pueda contrastar con sus votantes si lo que está haciendo responde a lo que de el se esperaba o no. Es simplemente imposible, porque no solo hay un nulo interés (de hecho no hay ni conocimiento) en explicar las políticas que se quieren aplicar, además, quienes nos representan en Europa no son los políticos sino los partidos!. Votas a partidos que en Europa se incluyen en otros grandes partidos. Y estos partidos no representan a personas, sino a países. Por lo tanto, ¿cómo se yo quien está realizando Mi Constitución y como controlo y valido lo que hace?. Es imposible.

Poder Derivado
Siendo muy generosos y amables, podríamos pensar que esas personas que dependen de sus partidos gozan un Poder Constituyente Derivado. Un poder reconocido en la mayoría de Constituciones Europeas, por el que se admite que la constitución pueda ser enmendada, anulada o redactada de nuevo por unos órganos previstos por la Constitución anterior. Es una manera indolora que se utiliza en algunos ordenes, para que cuando el país entra en una profunda crisis, que requiera cambiar la forma de gobierno, de alguna manera se pueda articular una respuesta institucional que evite que el bloqueo o crisis, se resuelva con un grupo de gente, vestida de manera peculiar o de muy mal humor, armada con pistolas imponiendo despidos express entre los órganos de gobierno de un país. Esta pintoresca actuación acostumbra a acabar mal y puede ser dolorosa para los que gobiernan, por lo que se procura evitarla.
Así que, aceptando que existe este poder derivado, en cierto modo podríamos pensar que estos políticos y tecnócratas que han redactado la constitución o tratado, al gozar del Poder Constituyente Derivado o Permanente que les otorga la anterior Constitución, están legitimados para redactar la nueva Constitución. El único inconveniente es que: !No hay una Constitución anterior que les avale!. ¿De donde Derivan su poder Constituyente entonces? Y si se otorgan ellos mismos este poder, están simplemente estafando a la gente.

Peor aún, todo Poder Constituyente, cuando crea los órganos que tendrán el Poder Constituyente Derivado, procura que estos órganos estén libres de cualquier vinculo o relación con el gobierno actual, para que puedan actuar libremente. No vas a poner a un miembro del gobierno para que juzgue la actuación de su propio gobierno y sus compañeros. Es como ser juez y parte al mismo tiempo. Pero esto, que con mayor o menor fortuna, se intenta aplicar en todos los países europeos; para la Unión Europea, no es importante y quienes han redactado la Constitución o Tratado, son casi todos políticos europeos que dependen de sus partidos, o euroburocratas que dependen del actual sistema.

A continuación tiene un detallado de la planificación que se hizo para seleccionar a las personas que asumirían el Poder Constituyente y redactarían la Constitución de la UE:

¿Usted ve en alguna parte algún representante de los ciudadanos europeos?, ¿ alguien que no este vinculado a políticos o administración?. ¿Como mínimo alguien que por su talla intelectual, moral o por su conocimiento de Europa y que no este vinculado a ningún partido o administración pueda intervenir?. No, es imposible. Directamente no se dejo espacio a la participación independiente.

En la mayoría de países, los llamados padres de la constitución son figuras públicas conocidas e históricas, ¿Sabe usted quienes son los padres de la Constitución Europea, reformulada como Tratado de Lisboa? Hay un 99,99 por ciento de probabilidades de que las personas que conozca estén entre cero y uno. Es más, dentro de la ignorancia general que hay por estos temas, la gente conocen más personas que han participado en la redacción de la constitución de los USA que en la de la U.E.

Si tiene curiosidad por saber quienes son los que representaron a los españoles… o quizás representaban al gobierno español… o más bien a sus partidos políticos… o los interteses de los lobbies para los que trabajan…Bueno, el caso es que eran:

Ana Palacio (miembro del PP), Carlos Bastarreche substituido por Alfonso Dastis (Diplomático, asesor de Aznar y simpatizante del PP), Josep Borrell (miembro del PSOE), Diego López Garrido (miembro del PSOE), Alejandro Muñoz-Alonso (miembro del PP), Iñigo Méndez de Vigo (miembro del PP), Carlos Carnero (miembro del PSOE), Miguel Ángel Moratinos (miembro del PSOE), Enrique Barón (miembro del PSOE) y Gabriel Cisneros (miembro del PP).

Como puede ver, un potente grupo de personas independientes y libres de todo vinculo con los partidos y los órganos de gobierno españoles y europeos.

La Propuesta

La Constitución o Tratado de Lisboa, no tiene la legitimidad que el Poder Constituyente emanado del pueblo otorga a cualquier norma fundamental. Es un proyecto fallido que no conseguirá ser entendido por los Europeos, y mucho menos aceptado emocionalmente, pues no es más que un contrato entre diversos Estados Nación, sus políticos y unos euroburócratas.

Los Europeos no necesitamos ser consultados acerca de constituciones o ratificaciones de tratados, ni necesitamos gastar más dinero pagando a partidos políticos, para que organicen campañas electorales sobre burocráticos aspectos de Europa, que la inmensa mayoría no conocemos lo suficiente para opinar.

Lo que si necesitamos, es ser consultados acerca de quien queremos que redacte Nuestra Constitución, porque queremos gobernarnos y relacionarnos de la manera que nosotros hayamos elegido. Somos nosotros quienes, con la legitimidad que nos da ser el Poder Constituyente, podemos exigir que se convoque cuanto antes un sistema de votaciones para elegir a quienes harán la Constitución Europea; no los políticos ni los funcionarios sino Personas independientes, que se sientan Europeas. Que crean que en Europa todavía hay unos valores y maneras de funcionar que son positivos para todos los europeos y que ellos pueden ayudar a preparar un texto, que recoja estas ideas y sirva para definir una nueva forma de vivir Europea para los europeos.

Es básico recuperar la confianza de las personas en la Unión Europea, mostrándoles que Europa es un proyecto que puede ser suyo. Que construir una Europa más transparente, próxima y ágil, es algo que depende de ellos. Que en Europa se han hecho cosas terribles, pero también otras de positivas, que pueden servir de inspiración y modelo para muchos países que no comparten este único modelo ultra-liberal e individualista de los USA. Y para conseguir esto, el primer paso es devolver a los Europeos, la soberanía sobre su destino que otorga el Poder Constituyente, permitiendo que, vía una elección directa y pan-Europea, sean votados, sin importar su nacionalidad, ni el territorio desde donde se emite el voto, los representantes que nosotros hayamos escogido. Representantes elegidos únicamente con el propósito de crear la asamblea y escribir la Constitución de la Unión Europea.
Es evidente que con un tipo de votación así, países como Malta o incluso Luxemburgo, es muy difícil que consigan enviar a un representante de su país, pero es que en esa votación no se está, como siempre, empezando una negociación/chantaje acerca de ‘que hay de lo mio’, sino discutiendo el proyecto común a todos los Europeos y si, obviamente habrá más alemanes que italianos, y más italianos que irlandeses, etc. pero todos tendrán que procurar por Europa, y no por su país, pues son ciudadanos de toda Europa quienes les han escogido. Y si al final de todo el proceso, hay un país que considera que esta Constitución no le interesa, siempre puede irse y seguir en solitario fuera de la Unión.