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– Diverso versus Homogéneo

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La definición de España ha de tener en su núcleo el concepto de diversidad, de manera que la diferencia no la desintegre sino que la refuerce y la consolide. No tiene sentido que, por ejemplo, reivindicar el derecho a hablar euskera y a que sea oficial un idioma diferente del castellano, ponga en peligro la definición de España porque la definición de país se base en una sola lengua oficial; el castellano. Y si no es el castellano, todo se rompe.

[2]Pero ahora tenemos un modelo uniforme de país que no admite la diferencia y que se intenta imponer con calzador y esto provoca rechazo en unas partes del país y, en los lugares que consigue imponerse este modelo, elimina las particularidades del lugar. Esto provoca pobreza cultural y emocional al eliminar lo que define a ese lugar y ofrecer a cambio unos modelos tópicos y foráneos.

Algunos de los casos más flagrantes de esta substitución de la riqueza local por un modelo estándar los podemos ver en ciudades como Cádiz, Córdoba o Cartagena. Ciudades que han sido de las más importantes, no sólo de España sino de todo Europa, en algunos momentos de la historia y que muchos de sus propios habitantes desconocen. Se les ha eliminado su propia historia y a cambio se les ha ofrecido una especie de mixtura de la historia de Castilla-León más Asturias con algún héroe extremeño y un toque aragonés. Por esto, todo el mundo conoce quien es, por ejemplo, El Cid Campeador pero de sus propios grandes personajes históricos casi no saben nada y esto es muy grave porque conocer la propia historia es parte de la propia identidad horizontal y ayuda a integrarse mejor en el entorno donde se vive y a construir una sociedad mejor, no partiendo de cero, sino apoyándose en las grandes figuras y hechos que te precedieron.

¿Y quién es el culpable de todo esto? ¿Quién tiene interés en vender una versión tan simple de la historia? ¿A quién beneficia?.

La primera respuesta que viene a la cabeza de mucha gente es: ¡Madrid!.

Pero esto no es exactamente así.

Los responsables del odio que se ha sembrado entre los diferentes pueblos de España no es Madrid y los nacionalistas españoles como claman los independentistas, ni son los independentistas como se apunta desde muchos puntos de España.

[3]Los verdaderos culpables de esta situación son una casta de altos funcionarios burócratas que llevan muchos años enquistados en el aparato del estado y que salieron muy bien retratados, en su versión inglesa, en la conocida serie ‘Yes Minister [4]‘.

Su único trabajo es tener una firma imprescindible y, desde su posición de dominio, intentan mantener el poder potenciando una España de pandereta con todo el poder centrado en Madrid y con el resto del país convertido en una especie de parque temático anclado en el siglo  XVII, para así no perder un ápice de influencia.

Esta oligarquía de funcionarios ha vendido una historia de España basada en:

  1. – El castellano es el idioma oficial y único.
  2. – Madrid es la capital del estado y de todos los servicios.
  3. – El modelo de historia es la Historia de Castilla-León.
  4. – El modelo de historia antigua es sólo la romana.
  5. – El modelo de pre-historia es la de los íberos.
  6. – El folklore y las tradiciones son principalmente las del Sur de España.
  7. – El modelo de vida familiar es el del Norte peninsular.

Este es un modelo de España que encaja perfectamente con sus intenciones y que en gran parte, no deja de ser real.

[5]Pero este es sólo uno de los muchos modelos de España posibles, sin ir más lejos, los de Al Qaeda tienen otra idea histórica de España bastante diferente y si nos tomamos literalmente la historia que explican algunos nacionalistas vascos o catalanes también nos sale un modelo de historia de España bastante curiosa y la historia de España de la época de Franco es también una buena ‘historia’.

En resumen, son muchas las Historias que se pueden explicar y todas tendrán su parte de razón y sus clamorosas ausencias pero todas ellas, según mi opinión, fallan porque se creen modelos únicos y verdaderos. Y puesto que se ven como modelos verdaderos sobre este modelo han decidido sustentar una serie de derechos y valores. Y aquí es cuando la cosa se vuelve peligrosa. Voy  poner un ejemplo no relacionado con España para no herir susceptibilidades.

Es muy diferente una historia de los USA que se base en:

Es obvio que al tratar algunos temas, cada modelo derivará en una serie de derechos y valores diferentes.

La recreación histórica es interpretativa por definición y toda visión de la misma será subjetiva en mayor o menor grado. En una España con un pasado cultural tan rico y complejo es un atentado al sentido común el creerse en posesión de la verdadera historia y optar por un solo modelo, que es lo que estos poderosos burócratas están haciendo desde hace muchos años. Así, esta secta de altos funcionarios venden una historia llena de tópicos como:

Y así podríamos seguir con todos los pueblos de España incluida la gente de Madrid, porque a todos se les ha intentado reducir a un tópico que encaje con la historia planificada pues así son más fácilmente manipulables.

Si te convencen que tú, tu pueblo y tu pasado sois unos inútiles que sólo servís para emigrar, será mucho más sencillos que adoptes otra historia llena de conquistadores e imperios y reniegues de tus raíces o tu personalidad y por lo tanto te pongas en manos de los que están re-creando esa historia

Pero si no hay una verdadera historia, ¿qué es lo que nos define como país?

Históricamente nada. Solo la voluntad de ser de la mayoría de los individuos. Una voluntad de ser que implica un reconocimiento de las afinidades culturales y una percepción de las diferencias dentro de esas afinidades, que hacen que todos se sientan cómodos y [6]representados dentro del mismo país.

Por lo tanto, el planteamiento de la historia de España tiene que basarse en el estudio de la gran diversidad que nos une y no en buscar las cosas que justifican un sólo modelo y excluye a los otros. NO tenemos que pasar el cepillo para pulir el modelo sino buscar el pegamento para construir un modelo más grande.

Es necesaria una historia que muestre que un Almogávare gritando ‘Desperta Ferro’ en catalán es parte de la historia de España, del mismo modo que un rico habitante de Gades consiguiendo la primera ciudadanía romana es nuestra historia, o una reina poetisa musulmana de Córdoba es nuestra historia, etc. Una historia que explique que el hecho de que en gran parte de España se hable castellano y no catalán o gallego o euskera es meramente circunstancial y que la capital del estado, ahora está en Madrid, pero que ha estado en otros sitios y puede volver a estar situada en otros sitios.

La historia no fuerza nuestras historias, sino que las enriquece y nos ayuda a entender nuestra identidad y el lugar en el que vivimos para así poder apreciar y adaptarnos mejor con lo que ahora somos.