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Bases


En esta sección hay detalladas las principales líneas que han de conducir a la creación del nuevo partido europeo.

Cada concepto, idea o propuesta va enlazado con los artículos que amplían la información.

Hay cinco palabras que marcan toda la filosofía y acción política:

IndividuoEmpatíaAcción Proporción Instituciones

Que ampliándolo mínimamente quiere decir que el núcleo de todo pensamiento y acción política es el individuo/persona. Toda persona es valiosa y merecedora de respeto como un fin en sí mismo. No debemos por lo tanto mirar sólo la totalidad o el promedio, sino el funcionamiento de todas y cada una de las personas. Por lo tanto, las instituciones de gestión de la sociedad que laminen las libertades individuales de las personas han de ser pocas, pequeñas, estar bajo control y tener una actuación absolutamente transparente.

Empatía porque lo que somos no se termina en nuestra piel, sino que se extiende a las personas con las que nos relacionamos y la cultura en la que vivimos. Empatizar con las otras personas es básico para entendernos a nosotros mismos, como individuos, y para entender -que significa conocer-, a las otras personas. Empatizar no significa por lo tanto compartir o estar de acuerdo sino entender.

No creemos en las verdades absolutas e inamovibles; todo es susceptible de ser mejorado. La acción nos obliga a vivir, volver a pensar para mejorar y sobre todo nos obliga a aprender de los errores para avanzar.

Y por último, la proporción. Todos los individuos somos diferentes, por lo tanto, al actuar hemos de ser sensibles a esas diferencias. Ser empáticos nos ayudará a conocer la justa medida en que hemos de actuar en cada caso; es decir, la correcta proporción. Pero ser conscientes de la correcta proporción, nos ayuda también a acotar el individuo, ajustar la necesidad de acción y a controlar la implicación empática.

Existe además un quinto elemento crucial en todo este planteamiento: las Instituciones.

Des-Institucionalizar

Los seres humanos somos seres sociales y para poder vivir en sociedad utilizamos las Instituciones, es decir las normas, usos, pactos, acuerdos, etc que dan lugar a las tradiciones, los idiomas, las religiones, los organismos, las empresas, los cuerpos legislativos, los mercados, etc que dirigen nuestras sociedades (Más información aquí).

El problema de las Instituciones es doble. No podemos vivir en una sociedad donde toda relación entre dos personas dependa de números, leyes, estatus y abogados o dinero. Nos sobran instituciones. Hemos de mantener entre las Personas un trato humano pues este vínculo es el que crea confianza. La confianza, el conocimiento, los valores y la palabra dada han de recuperar su importancia en sociedad y economía pues sin ellos nada funciona en sociedad.

Por otro lado las Instituciones son por propia definición discriminadoras con la minoría y la excepción. Las Instituciones son un conjunto de normas fijas para gestionar un tema social pero los seres humanos no somos robots, no siempre actuamos igual, siempre existen casos diferentes, errores, problemas, casos no contemplados etc. Las Instituciones solo pueden contemplar todo lo que escapa a sus normas definidas si hay personas con el suficiente poder en las Instituciones para corregir las normas, ampliarlas o determinar las excepciones. Cuando perdemos el control sobre las Instituciones, las actuaciones de estas se deshumanizan y su actuación se vuelve cada vez más despersonalizada e injusta. Es necesario que existan personas que tengan un control efectivo sobre las instituciones y en consecuencia las Instituciones han de ser tan pequeñas, ágiles y transparentes como sea posible.

Conseguir este control y adelgazamiento de las Instituciones solo es posible si nos hacemos responsables de nuestros actos y nuestro entorno. Es urgente empezar a centrar las políticas en las personas y no en números, grupos o datos estadísticos. Tenemos que aprender a conocer a las personas que forman parte de nosotros y ser conscientes de que somos nosotros quienes gestionamos nuestro entorno actuando proporcionalmente a las necesidades de cada individuo, momento o lugar.

En mayor o menor medida estos conceptos aparecerán en todas las ideas expuestas.

Un país: Europa

El ámbito de acción del Partido es Europa.

No es que seamos más o menos europeístas, sino que ante todo y frente al mundo exterior, por cultura y sentimientos, somos Europeos.

Nos identificamos con su música, su pintura, su literatura, su historia, su filosofía, su manera de sentir y sus gentes. Definirse como catalán o como español es correcto, pero es una definición incompleta.

Una Europa dividida en pequeños reinos de taifas, de todos contra todos, no avanzará frente a las nuevas potencias del siglo XXI, ni será creíble para sus propios ciudadanos. La integración política, social y económica es una prioridad.

Además, Europa tendría que seguir ampliándose hacia oriente e incluir a Turquía, Libano e Israel. Obviamente, puesto que el funcionamiento actual prima a los grandes Estados nación, incluir a Turquía es un problema, pero la solución no está en excluirla sino en cambiar ya este modelo de Europa basado en las ideas de los Estados Nación del siglo XIX-XX que tantos problemas ha creado.

Un idioma: el inglés

La diversidad lingüística de Europa es una riqueza que no podemos perder pero es también un lastre en la eficacia y la agilidad de la gestión, que no nos podemos permitir. Para vivir necesitamos nuestros idiomas maternos y cuantos más idiomas conozcamos mejor, pero para comunicarnos nos basta con un solo idioma.

Puesto que el idioma internacional de facto es el Inglés creemos que este tendría que ser el idioma oficial de Europa.

Esto no significa que todo en Europa tenga que ser en Inglés, sino que todo tiene que estar también en Inglés. Europa ha de ser bilingüe (Lengua propia+Inglés) en todos los aspectos y para todos sus ciudadanos.

Cada estado puede seguir utilizando sus idiomas siempre y cuando ofrezca una traducción al Inglés para que los habitantes de otros países de Europa puedan integrarse o conocer lo que ocurre.

Seguramente los nacionalistas franceses o españoles lo considerarán una pésima idea -aunque si en lugar del Inglés propusiésemos el Francés o el Castellano entonces sería una excelente idea-, pero el resto de Europa agradeceremos mucho que los estados se dejen de chovinismos y nacionalismos y permitan que todos los europeos podamos comunicarnos, culturalizarnos y comerciar con más facilidad gracias a un idioma común a todos.

Inmigración y relación exterior

La entrada de la inmigración es necesaria y éticamente no se puede negar a una persona la posibilidad de vivir donde quiera, pero esta ha de ser  regulada bajo una ley que pueda ser ejecutada. El espíritu que guie la ley y las capacidades ejecutoras del gobierno no pueden ser divergentes y ninguna regulación tiene visos de ser factible sino se apoya en otra política básica que es, rodear a Europa de países sanos económica y socialmente para que estos puedan ejercer de buffer de la inmigración y redistribuir la carga.

Los más interesados en que Europa esté rodeada de unos países ricos, democráticos, diversos, seguros y amigos hemos de ser los propios Europeos. Permitir el odio, la desigualdad, la corrupción, el fanatismo y la pobreza a las puertas de Europa, es una absoluta inconsciencia.

Frente al mundo exterior nuestra ideología se resume en parte en esta sentencia de Robert J. Sawyer: “La manera de sobrevivir es dejar de luchar unos contra otros, aprender a ser tolerantes y salvar el abismo entre ricos y pobres, para que algunas personas no nos odien tanto al resto, que sean capaces de cualquier cosa, incluso de suicidarse, para hacernos daño. Porque las diferencias son el sine qua non de la evolución: sin diversidad no hay nada sobre lo que pueda actuar la selección natural, no hay nada que haga salir a una especie del limo.”

Los europeos no podemos permitirnos que, con el objetivo de que nuestras empresas consigan el máximo de beneficios para sus accionistas, se hundan en la miseria y la corrupción otros países, pues seremos los ciudadanos de Europa quienes tendremos que lidiar con la inmigración masiva desde los países afectados, pagar con nuestros impuestos los servicios sociales sobre-saturados y el blindaje de las fronteras. Mientras que las empresas beneficiadas pondrán sus beneficios a buen recaudo de los impuestos.

 

Intervención exterior

Al igual que el uso de la violencia por parte del Estado dentro del territorio nacional puede ser legítima, siempre que pretenda servir fines justos y bien específicos y que esté regida y limitada por normas, también puede ser legítimo el uso de la violencia por el estado contra los actos realizados en países extranjeros, que atenten contra los derechos humanos, siempre que los fines sean justos y los medios sujetos a las limitaciones adecuadas.

Es de ilusos pensar que en el momento actual es posible hacer cumplir todos los derechos humanos en todo el mundo, pero se puede empezar por dos muy importantes:

– No se admite el maltrato a los niños/as.

– No se admite el maltrato a las mujeres por el simple hecho de ser mujeres.

Europa puede mostrar al mundo que hay algunos países que no se mueven sólo por intereses económicos, sino que el dolor de los seres humanos es importante para todos los seres humanos sin importar su origen.

En Europa nos hemos pasado años interviniendo militarmente en otros países, simplemente para proteger nuestros intereses económicos, quizás ya sea el momento de aprovechar esta negra experiencia, para algo más positivo. Intervenir para proteger a las personas.

El partido piensa pero no gobierna

El partido político no es quien gobierna, sino quien teoriza, elige a los gobernantes y es responsable de sus actos.

Para ser elegido gobernante no puedes pertenecer a ningún partido. La idea es similar al Consejo de Administración de una empresa, el cual elige a los gestores que considera más apropiados para gestionar la empresa o a la del productor o director de una película que elige a su equipo.

Dejar que un partido gobierne es entregar el control de las Instituciones de un país a otra Institución y puesto que las Instituciones no son humanas, es dejar el país en manos de un organismo que no tiene otro interés que perpetuarse a si mismo y para el cual las personas no son más que un recurso.

En la política, hemos de romper el control institucional separando la teoría y de la praxis y construyendo una política que crezca desde lo local.

La idea básica es que el poder y el ejercicio del poder estén separados para evitar la corrupción y que el ejercicio del poder no esté controlado por instituciones sino por personas, para evitar una política deshumanizada interesada únicamente en la supervivencia de las Instituciones del Estado.

Ejército

Solo hay dos grandes secciones. Ejercito Ligero (E.L.) y Ejercito Convencional o Pesado.  (E.C.) y está formado principalmente por mujeres.

Ejercito Ligero (E.L.)

– Casi no tiene línea de mando y tiene dos Sub-estructuras:  ELA comandos autónomos. ELLO Producción y Logística del ELA

La pieza central del Ejército Ligero es la mujer.

– El E.L. depende de un mando formado por representantes del E.C. y representantes del país.

– Es sobretodo un ejercito de intervención exterior.

– Si actúa dentro de Europa es en misiones de rescate o en actuaciones de lucha antiterrorista.

El Ejército Convencional (E.C.)

– Depende de un mando unificado Europeo.

– Se coordina con los gobiernos para la dirección de los E.L. nacionales.

– Es sobretodo un ejército de protección y defensa. Protección de fronteras y ataques.

– Dentro de Europa su objetivo es la actuación frente a los desastres naturales o desórdenes públicos.

España

España es el país formado por las diferentes Españas que hay en la península ibérica y en estas Españas incluimos Portugal, Andorra, Gibraltar y partes del Sur de Francia.

Por Españas entendemos diferentes realidades histórico-culturales, definidas por sus habitantes, no por su geografía. Que una realidad sea definida por sus habitantes implica que son ellos quienes, desde el nivel local, han de decidir como se estructuran. Ninguna institución tiene poder para limitar esta libertad. Si una parte de España, por ejemplo Cataluña, se quiere separar es libre de hacerlo y si luego una parte de Cataluña quiere volver a unirse al resto de España o toda Cataluña opta por ser francesa es también libre de hacerlo. La voluntad de las personas está por encima de los estados o cualquier otro tipo de institución.

Bajo el paraguas de la Unión Europea, las regiones o áreas que así lo deseen pueden separarse o juntarse como quieran siempre y cuando asuman los costes que estas segregaciones o uniones puedan ocasionar. Juntos podemos trabajar mejor, pero no se puede obligar a nadie a ser o estar donde no quiere estar.

El futuro de España nos gustaría que fuese el de un estado integrado dentro de Europa. Laico, confederado, plurilingüe, basado en la diversidad. Con la capital política en Valencia, la capital cultural en Madrid y dos potentes centros logísticos e industriales en Sevilla y Lisboa. Pero como hemos indicado, corresponde a las personas decidir como se agrupan y al estado facilitar la voluntad de sus ciudadanos.

 

Individuo

Lo que una persona es viene condicionado por las relaciones en la que voluntaria e involuntariamente participa y en consecuencia, su estado emocional se vera afectado por la salud de las relaciones en las que participa. Clifford Geertz lo expresa así: «los seres humanos están suspendidos en redes de significado que ellos mismos han tejido«.

Por lo tanto, cualquier desarrollo epistemológico ha de realizarse en función de que, cada individuo es el ser que se construye como centro de una malla de relaciones y que tiene siempre una acción transformadora.

Todo esto sólo quiere decir que no somos ni individuos autistas, ni masas indiferenciadas sino personas que se relacionan y viven en varios colectivos de referencia.

Puesto que todas nuestras relaciones están condicionadas por las Instituciones en las que participamos, hemos de reducir las Instituciones que controlan nuestras vidas para evitar convertirnos en meros números, epígrafes fiscales, o cuentas corrientes para las Instituciones del Estado o las grandes empresas.  Las personas hemos de ser conscientes de que nuestra vida y nuestro entorno nos pertenece y que para ganarnos este derecho hemos de retomar el control sobre la vida y el entorno. Acción y responsabilidad para actuar proporcionalmente a las necesidades de cada persona.