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Cada uno a lo suyo

Cuando incluso los partidos de izquierdas encuentran lógico el reparto a dedo del poder, es evidente que la situación es insostenible.

En este vídeo, Xabier Agirre del PNV, detalla las prebendas que otro partido les exige para votar a favor de su gobierno y se indigna con el hecho de que este otro partido, camufla estas demandas bajo supuestos principios políticos, cuando la situación se parece mucho más al reparto de un botín, que a unas diferencias ideológicas.

Los del PNV no son unos santos y Xabier se queja porque no ha conseguido su soporte. Si lo hubiese conseguido, el discurso habría sido otro muy diferente, más centrado en los valores y la democracia, que en detallar cuanto querían cobrar.  Pero no hay acuerdo y por lo tanto, el PNV se queja de la parte del botín que los otros querian.

El problema no es que los miembros de los partidos sean unos corruptos malas personas. Alguno habrá por supuesto como en cualquier profesión. El problema es que la institución del partido ha conseguido que este reparto del botín sea visto por sus miembros como algo lógico, normal y sobretodo necesario; porque para la institución realmente es algo lógico, normal y necesario para su funcionamiento. El objetivo de un partido es conseguir el poder y mantenerse en el poder y por lo tanto, estas son actitudes necesarias para conseguir esos objetivos.

Los partidos han conseguido fagocitar las voluntades de sus políticos, los cuales teóricamente trabajan como representantes de las personas en la gestión política del estado, para que los objetivos de los políticos sean los objetivos del partido.

Se han substituido los intereses de las personas, por los intereses de las Instituciones, bajo la falsa premisa de que las Instituciones son más importantes que las personas. Bueno, la premisa no es del todo falsa, porque las instituciones tienen tanto poder en la sociedad actual, que una sola persona casi no puede hacer nada, si no se integra en una institución. Incluso el político más valioso, tendría serios problemas si optase por no seguir las directrices de su propio partido.

Como sabiamente dijo John Dalberg-Acton, «el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente«. Las Instituciones han conseguido un poder absoluto en nuestra sociedad y ha llegado el momento de combatir este poder absoluto, que está corrompiendo todo el sistema.

Cuatro directrices para disminuir la corrupción que el ejercicio del poder implica en los partidos serían:

  1. – Los partidos y los políticos piensan, pero no gobiernan.
  2. – El mínimo para revalidar la victoria, aumenta en cada elección.
  3. – En nuestro entorno local, la democracia es directa; todos participan y no hay partidos.
  4. – En el ámbito supra-local, la democracia es por delegación; cada ámbito local elige a sus políticos y ellos son quienes votan a los partidos.

Separando a los políticos del ejercicio del poder, implicando a las personas para que participen en los temas que afectan su entorno local directo y dejando las complejas decisiones supra-locales en manos de profesionales bajo control directo de las personas, pienso que podemos empezar a construir una nueva Europa más sana.