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La Persona ESP

Las Personas somos como pompas de jabón.

A primera vista todas las burbujas son muy parecidas. Algunas son más grandes, otras más pequeñas, unas de un color, otras de otro, pero básicamente; vistas desde la distancia, todas se parecen mucho.

Si nos acercamos y, centramos nuestra atención en una sola pompa; si miramos de cerca, y movemos la luz; veremos que cada burbuja crea un arco iris con formas de colores cambiantes; únicas. Si somos cuidadosos, incluso podemos hinchar y deshinchar una burbuja, cambiando el aire que contiene. Con suavidad, también podemos mover una pompa, hacerla volar o unirla a otras.
Pero si explota; ya es imposible volver a rehacerla. Como mucho, uniendo las salpicaduras del jabón, podríamos intentar hacer otra burbuja. Pero la esencia que contendía la primera pompa, lo que la hacia única, se ha perdido, se ha difuminado en el aire.

Al igual que las pompas de jabón, a primer vista, todos los individuos somos iguales. Es cuando nos acercamos, cuándo miramos a través de los otros, cuándo movemos la luz que ilumina la escena, es entonces cuando vemos las iridiscencias únicas de cada individuo. Es entonces cuándo se percibe que no somos sólo la definición del espacio ocupado. Lo que nos hace únicos, quien nos da la identidad, es nuestra textura, la pátina en nuestra forma, el resultado del exterior reaccionando al interior y viceversa.

Así empieza la versión definitiva y en castellano del artículo sobre La Persona que puedes leer completo aquí.