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Violencia y Política Exterior

Pienso que utilizar la violencia para construir una sociedad más justa, o para mejorar las condiciones de vida de los seres humanos, es directamente, una mala idea y  la violencia, tarde o temprano, engendrará más violencia.

Básicamente, la violencia sólo ha logrado su objetivo; imponer una idea o condición, cuando ha eliminado totalmente al sujeto receptor de esa idea o condición. Por lo que utilizarla como herramienta política de trabajo, incluso cuando va escudada por la mejor de las intenciones, es utilizar una metodología bastante estúpida.

Pero, y aquí está el gran pero, la violencia es siempre una herramienta inútil cuando es el eje, o parte constituyente, de la acción de cambio, no cuando es el catalizador para revertir o curar la situación.

Quizás con un símil se entienda mejor.

Jugar con fuego es malo porque puedes hacerte daño o iniciar un incendio. Pero si ya te has hecho daño o ya hay un incendio, en algunos casos, el fuego puede ayudar a cauterizar la herida, desinfectar las herramientas y ayudar a extinguir el incendio.

El fuego como elemento que provoca el cambio es perjudicial, pero a veces, puede actuar como elemento que revierte o controla una mala situación.

¿Y quién y para qué se utilizará esta violencia?

La podrán utilizar unas unidades de intervención exterior del Ejército Ligero Europeo llamadas Virus, en sus actuaciones en otros paises, para defender los valores universales que Europa ha decidido defender en todo el mundo.

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